domingo, 19 de julio de 2015

Cultivares Energéticos Promisorios


Un factor importante en El Salvador, es la forma que nos proveemos de energía en función de los bosques energéticos o el recurso que se  emplea para cocinar los alimentos en las áreas rurales y especialmente de recursos renovables que bien planificados  y sembrando especies promisorias  que generan grandes cantidades de energía por unidad de masa y de gran capacidad de rebrote como el chaperno, el nacascol, el quebracho, el guachipilín, el mangoyano, el pepeto, entre otras bondadosas especies autóctonas; podemos establecer áreas de terreno infértil y de topografía con altas pendientes en verdaderas maquinitas de hacer dinero y poder abastecer la gran demanda de leña para consumo domestico o para elaborar muchos productos artesanales como la teja, el ladrillo, artesanías y una infinidad de actividades que requieren de leña. Entendiéndose que es un factor tradicional en nuestra cultura que siempre estará ahí y algo tenemos que brindarles soluciones de tal forma  que hagamos mas eficiente el aprovechamiento de la leña como son las cocinas “ Lorena”, la turbo cocina y además establecer rodales que sean los mas eficientes en la generación de calorías o kilojoule, para evitar que la necesidad  de la leña o el carbón, utilicen para tal fin árboles que tienen mejor función  como maderas preciosas o  decorativas por su espectacular floración o follaje y especialmente que hagan “ leña” árboles frutales que son nuestros bastiones tropicales para nuestra seguridad alimentaría y sostenibilidad ecológica y es quizás lo trascendente de los bosques energéticos manejados racionalmente que adquieren un punto  de interés de nación, pues, las cuencas se constituyen muchas veces en lugares manejados con milpas o cultivares anuales en grandes pendientes que aunque apliquemos labranza mínima siempre fomentaremos la erosión la cual llega a quitarle la vida útil a las represas hidroeléctricas, que son afectadas  por el asolvamiento y que resulta incosteable limpiarlas generando la  escasez de proporcionarnos la energía eléctrica que tácitamente  pensamos que tiene que utilizar todo el mundo en sustitución de la leña ó sea que el establecimiento de bosques energéticos  seria la solución mas beneficiosa  a corto y largo plazo, todos estos árboles de chaperno, quebracho, nacascol, nim, cerezo, brindarían la función de cobertura vegetal que permitiría  infiltrar al sub suelo el agua lluvia, evitarían la erosión, generarían oxigeno  y como reservorio de carbono evitando los efectos del recalentamiento del planeta y prolongando la vida util de las represas.  El  CATIE ha realizado estudios sobre este tema y brinda las capacidades de especies promisorias para bosques energéticos, pero nosotros tenemos una sabiduría  folklórica  muy apegada a la realidad como la canción del carbonero escrita por nuestro poeta  “ Pancho Lara” y que incluye al copinol, el cual es excelente calorífico y es la segunda madera  mas pesada  de Latinoamérica, pero que no la recomiendo para prototipo por su lento crecimiento y poca capacidad  de rebrote; aunque el Vivero San Andres, en su departamento de investigación lo están reproduciendo en cantidades significativa al igual que el nim, chaperno, quebracho, guachipilín, guama, pepeto, cujin, trompillo, leucaena, entre otras especies promisorias que realzan nuestra flora autóctona, que están ahí, esperando que sepamos darle el apropiado uso. Recordemos que mas del 50% de energía consumidas en los países pobres como el nuestro dependen de la leña a pesar que vivimos en la era de  la informática, combinada con la mercantil y que en la era feudal fue casi la única forma de energía calorífica disponible. Además el ecoturismo mundial depende grandemente de la energía calorífica proveniente de los bosques energéticos, esa bolsita de carbono que compramos en el súper proviene de ahí, o sea de la parcela que usted ente visionario puede establecer como fuente económica para sus futuras generaciones, sobre todo en las señales que recibimos de la escasez de hidrocarburos, los cuales son un recursos finito y no  renovable, mientras que los bosques energéticos son renovables  y generadores de eco ambientes saludables. Realmente la comunidad del Instituto San Andres visualiza este proyecto en marcha como una alternativa real ala  solución de las necesidades existenciales de El Salvador sin ignorar la generación de energía lógica que estos bosques  y la topografía puedan generar la energía solar, la energía maremotriz   o la generada por la biomasa  entre otras deseadas soluciones, pero que requieren mucha inversión y cultura  para disfrutar de ellas, mas no así la de bosques  energéticos que ya la usaban los  prehispánicos y que sembraron una buena historia, lastima que no la escudriñamos, pero aun es tiempo, el caso es que aun es tiempo de establecer esos cultivares y luego nos cuenta, solo es ganar – ganar en función del abastecimiento de la apreciada energía, para que sus nuevas generaciones lo recuerden como un ente visionario.



Ing. Mariano Villatoro

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