Si queremos garantizar una sostenibilidad en el manejo
de nuestra ganadería la solución es la producción agrosilvopastoril,
especialmente combinando árboles y arbustos en terrenos destinados para pastos;
sin importar que el ganado sea para leche o para carne, al utilizar en la
ingesta la biomasa del cultivar forrajero, podemos ahorrar un 40%, si solo
usamos concentrado de fábrica y tendremos continuidad del forraje si es:
Leucaena, madrecacao, moringa, butea, chaya, entre otros bondadosos árboles que
garantizan más del 20% de proteína en crudo y evitar que una sequía nos lleve
al caos al igual que sucede con un temporal cuando solo dependemos de
gramíneas.
La ganadería es una actividad ancestral
y sigue siendo el sueño de muchísimas personas y el ganado se llama "ganado por que es para ganar" pero hay que cuidarlo. Los avances en la genética
ha hecho posible de contar con diversas
razas apropiadas para cada rubro que se desee explotar en determinada región geográfica
y los avances tecnológicos facilitan el procesamiento de los diversos
productos, sin importar que sea ganado de leche o de carne, garantizando la
calidad y eficiencia del proceso. Pero el mayor problema para manejar el ganado
es su alimentación, sin importar que lo hagamos en forma intensiva,
semi-intensiva o extensiva; recordemos que el ganado come todos los días, sin
importar que sea día laboral o festivo. Convirtiéndose en un flujo continuo del
pasivo de nuestros bolsillos, si alimentamos a base de concentrados obtenidos
en los agro servicios y por lo tanto,
una solución oportuna es aprovechar árboles forrajeros, que garantizan más del
22% de proteína en crudo, tal como la Butea, la Leucaena, el Pito y el Madrecacao.
La forma más fácil de manejar cultivares de plantas forrajeras es sembrando las
plantas en el potrero, a la densidad conveniente según la forma de aprovechar
la producción agrosilvopastoril, cortando los brotones o dejando que el ganado
ramonee en el potrero. Lo ideal es sembrar intercalados en proporciones iguales
de Leucaena, Butea y Madrecacao o sea al 33% de cada uno y el costo en
alimentos fácilmente se reducirá en un significativo porcentaje y además estará evitando que el terreno se
erosione y a la vez se logra que el agua lluvia se infiltre al sub-suelo a
través de los troncos, porque una altura recomendable de cada tronco es de 50
a 60 centímetros,
tanto por efectos prácticos para que el ganado ramonee los rebrotes como para
aprovechar ascenso del agua en los tejidos del árbol además es recomendable el
Carreto, especialmente en terrenos arcillosos por su fijación de nitrógeno y
agradable sombra que proporciona para que el ganado remastique, especialmente
porque el Carreto o cenicero es el fruto que se aprovecha como bocadillo del
ganado, también el fruto del morro es una alternativa apropiada; para los
peores terrenos cada una de estas especies se desarrollan excelentemente,
entonces a sembrar árboles forrajeros es la solución para disminuir costos en la ganadería y usar la creatividad
volviendo eficientes econométricamente y
biométricamente la ganadería en El Salvador.
Evitando ser víctima del cambio climático que aceleradamente nos lleva al
caos como está pasando en el oriente del país que por la sequía extrema no
funciono los cultivares de maíz y otros cereales, caso similar es el exceso de
lluvia que por inundaciones se mueren los cultivares para pasto (guate).
Mientras que los arboles de Leucaena, pito, butea, morro, madrecacao, clavelón,
papaturro, Carreto, chaya, entre otras, tenemos garantizado que soportan toda
clase de sequía. Además le forman microclimas agradables, saludables y
recordemos que las vacas son rumiantes y cuando remastican el bocado les gusta
estar a la sombra de un árbol y no deshidratándose a puro sol.
ING. MARIANO VILLATORO
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