sábado, 26 de abril de 2014

BONDADES DE LAS ENREDADERAS

La forma más elegante de establecer fronteras entre nuestra propiedad y la del vecino o entre áreas de nuestra propiedad para formar jardines escondidos son los setos y especialmente las vallas con enredaderas con atractivos follajes y vistosas flores. Existen enredaderas que no necesitan cuidados especiales y ni regarlas en verano, pero que le generan una dimensión de buen gusto, saludable y atractivos muros vivos, siendo tan eficientes que superan a un muro inerte o céreos muertos. El prototipo de estas enredaderas es la pachistache, la pauciflora, la tumbergia grandiflora, las diversas veraneras, la falsa uva, la Allamanda amarilla y la Allamanda morada; todas ellas forman una barrera impenetrable y además generan un paisaje atractivo y muchas de ellas con bellas flores que constituyen mosaicos que animan las ganas de vivir cérea de ellas y darle un toque de primer mundo a nuestro entorno. Convirtiéndose en el imán para atraer los más delicados gorriones y otras aves que se deleitan con el néctar de las flores o como hospedadero que fabrican el mejor hotel para las aves silvestres que de otra forma nunca podríamos convivir tan cercanamente y casi poseerlas para darle un toque de significado a nuestras efímeras vidas.
Nadie puede negar que entrar a un lugar enmarcado con guirnaldas de flores donde sus visitantes continuos sean mariposas de diversos colores jugueteando entre la flores o colibríes haciendo sus movimientos peculiares de flor en flor le fabrican un estadio emocional indescriptible de satisfacción que hasta las deudas y problemas se le olvidaran y entrara en una mentalidad, generando pequeñas podas o inducción de las enredaderas para darle existencia a las figuras más apropiadas a su imaginación haciendo un balance entre la realidad y la imaginación de logros y felicidad saludable.



Ing. Mariano Villatoro

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