“Por la
seguridad Alimentaria, ecológica y la formación de Capital Humano”
La
expresión que mejor encierra el espíritu o visión de todo joven en la búsqueda
de su autorrealización es “Quiero ser alguien”. Nuestra juventud como la
mayoría de las sociedades en desarrollo, es una combinación ambigua de
contrastes en su dinámica existencial: pobreza, riqueza, orden e irregularidad,
continuidad e inestabilidad, integración y desintegración, paz y frustración.
Propio de una sociedad que sobrevive en el espacio vacío situado entre un mundo
que está acabando y con mínima compatibilidad con el mundo moderno viviendo con
los últimos avances tecnológicos y capacitados para producir en la época feudal
con sus habitantes atrapados en el dilema de lo que es y lo que debe ser.
Situando a los planificadores y a equivocados líderes que tienen acceso a las
políticas seguir en un marco cuestionable.
Generalmente
se preguntan por cambios en el estilo de vida ya sea efectuando desde el
exterior o una visión especifica en función de un interés gremial que
justifican defender el interés macro de la problemática aunque realmente no
represente la verdadera aspiración de las nuevas generaciones.
Específicamente
en El Salvador todo joven que logra llegar hasta noveno grado en la frontera
para estudiar bachillerato o sea educación media, el dilema de la mayoría es
continuar estudiando o trabajar y algunos pretenden estudiar y trabajar, otros
a como de lugar irse para Estados Unidos en busca del sueño americano. Todo en
función de “ser alguien”, aunque el método no esté claro. Pero si es evidente
la prisa por alcanzar su idea de “ser alguien”. Lo preocupante es lo que el
espectro social les ofrece por una parte familias con bajos ingresos, costo de
vida incluyéndole por supuesto necesidades fabricadas como teléfonos,
celulares, televisores, internet, entre otros rubros innecesarios pero que los
queremos tener, que vuelven altos los costos de vida, situación difícil de
digerir por una mente adolescente y creativa, obligándolos a tomar falsas
opciones para lograr su autorrealización, algunos se emplean en la maquila,
otros en agencias de seguridad privada y más peligroso aun es el creciente
mercado de empleo en centros de entretenimiento para adultos, que lo importante
es tener menos de 20 años y los más sensibles se convierten en drogadictos o
maras que se han proliferado escalofriantemente en todos los rincones del
país. Pero teniendo fe y esperanza
podemos viabilizar opciones trascendentales para nuestra juventud que le
garantice su autorrealización, aunque sea el camino más largo y lleno de
limitaciones a corto plazo, pero pone a prueba, su disciplina, inteligencia y
autoestima, siendo la opción más recomendable estudiar Bachillerato Técnico Vocacional
Agrícola, porque permite aprovechar las bondades del clima tropical en la
propagación de la biodiversidad, además se estudia y vive los fundamentos para
recuperar nuestra ecología y la seguridad alimentaria, facilitando así mejorar
la calidad de vida actual y de las nuevas generaciones y permite continuar
cualquier carrera universitaria y crecerá en amar la importancia del agua en la
existencia de la humanidad y quebrar la falsa visión de lo que se promulga como
más práctico, pues a emplearse a temprana edad y no estudiar a lo más que
llegara es formar una familia de quinta categoría y pasando los años, la
historia no se puede cambiar, pero el futuro se puede encausar.
Sin
embrago, para nuestra juventud rural, más que tratar de reformar el presente
orden social o de promover la violencia a nombre de la justicia y de la
indefectible marcha de la historia, realmente creo que la tarea es buscar
nuevas opciones para una vida rural significativa en el contexto de la sociedad
global, una sociedad encausada en forma distinta a la que se ha conformado en
las ultimas décadas de progreso material y de crisis espiritual. Dicha
búsqueda, sin embargo, no puede conducirse desde las oficinas de los organismos
de desarrollo y de los gobiernos; tiene que ser parte del esfuerzo de las
propias poblaciones rurales y de aquellos que han escogido compartir su
destino. Es necesario que cada pueblo tenga la oportunidad de examinar su
pasado y su presente, de tomar conciencia de las consistencias y debilidades de
su cultura y a través de un proceso altamente participativo, buscar y seguir un
camino viable de cambio orgánico, cuyo sendero es en función de la educación
formal que logre llevar a la autorrealización a cada joven cuando se convierta
en líder de su familia y un ente promisorio en la sociedad.
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Ing.
Mariano Villatoro
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