sábado, 13 de agosto de 2016

El Bachillerato Agrícola. Para ser Alguien



“Por la seguridad Alimentaria, ecológica y la formación de Capital Humano”

La expresión que mejor encierra el espíritu o visión de todo joven en la búsqueda de su autorrealización es “Quiero ser alguien”. Nuestra juventud como la mayoría de las sociedades en desarrollo, es una combinación ambigua de contrastes en su dinámica existencial: pobreza, riqueza, orden e irregularidad, continuidad e inestabilidad, integración y desintegración, paz y frustración. Propio de una sociedad que sobrevive en el espacio vacío situado entre un mundo que está acabando y con mínima compatibilidad con el mundo moderno viviendo con los últimos avances tecnológicos y capacitados para producir en la época feudal con sus habitantes atrapados en el dilema de lo que es y lo que debe ser. Situando a los planificadores y a equivocados líderes que tienen acceso a las políticas seguir en un marco cuestionable.
Generalmente se preguntan por cambios en el estilo de vida ya sea efectuando desde el exterior o una visión especifica en función de un interés gremial que justifican defender el interés macro de la problemática aunque realmente no represente la verdadera aspiración de las nuevas generaciones.
Específicamente en El Salvador todo joven que logra llegar hasta noveno grado en la frontera para estudiar bachillerato o sea educación media, el dilema de la mayoría es continuar estudiando o trabajar y algunos pretenden estudiar y trabajar, otros a como de lugar irse para Estados Unidos en busca del sueño americano. Todo en función de “ser alguien”, aunque el método no esté claro. Pero si es evidente la prisa por alcanzar su idea de “ser alguien”. Lo preocupante es lo que el espectro social les ofrece por una parte familias con bajos ingresos, costo de vida incluyéndole por supuesto necesidades fabricadas como teléfonos, celulares, televisores, internet, entre otros rubros innecesarios pero que los queremos tener, que vuelven altos los costos de vida, situación difícil de digerir por una mente adolescente y creativa, obligándolos a tomar falsas opciones para lograr su autorrealización, algunos se emplean en la maquila, otros en agencias de seguridad privada y más peligroso aun es el creciente mercado de empleo en centros de entretenimiento para adultos, que lo importante es tener menos de 20 años y los más sensibles se convierten en drogadictos o maras que se han proliferado escalofriantemente en todos los rincones del país.  Pero teniendo fe y esperanza podemos viabilizar opciones trascendentales para nuestra juventud que le garantice su autorrealización, aunque sea el camino más largo y lleno de limitaciones a corto plazo, pero pone a prueba, su disciplina, inteligencia y autoestima, siendo la opción más recomendable estudiar Bachillerato Técnico Vocacional Agrícola, porque permite aprovechar las bondades del clima tropical en la propagación de la biodiversidad, además se estudia y vive los fundamentos para recuperar nuestra ecología y la seguridad alimentaria, facilitando así mejorar la calidad de vida actual y de las nuevas generaciones y permite continuar cualquier carrera universitaria y crecerá en amar la importancia del agua en la existencia de la humanidad y quebrar la falsa visión de lo que se promulga como más práctico, pues a emplearse a temprana edad y no estudiar a lo más que llegara es formar una familia de quinta categoría y pasando los años, la historia no se puede cambiar, pero el futuro se puede encausar.
Sin embrago, para nuestra juventud rural, más que tratar de reformar el presente orden social o de promover la violencia a nombre de la justicia y de la indefectible marcha de la historia, realmente creo que la tarea es buscar nuevas opciones para una vida rural significativa en el contexto de la sociedad global, una sociedad encausada en forma distinta a la que se ha conformado en las ultimas décadas de progreso material y de crisis espiritual. Dicha búsqueda, sin embargo, no puede conducirse desde las oficinas de los organismos de desarrollo y de los gobiernos; tiene que ser parte del esfuerzo de las propias poblaciones rurales y de aquellos que han escogido compartir su destino. Es necesario que cada pueblo tenga la oportunidad de examinar su pasado y su presente, de tomar conciencia de las consistencias y debilidades de su cultura y a través de un proceso altamente participativo, buscar y seguir un camino viable de cambio orgánico, cuyo sendero es en función de la educación formal que logre llevar a la autorrealización a cada joven cuando se convierta en líder de su familia y un ente promisorio en la sociedad.                                      

      


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Ing. Mariano Villatoro


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