Un factor importante en El Salvador, es la forma que nos proveemos de
energía en función de los bosques energéticos o el recurso que se emplea para cocinar los alimentos en las
áreas rurales y especialmente de recursos renovables que bien planificados y sembrando especies promisorias que generan grandes cantidades de energía por
unidad de masa y de gran capacidad de rebrote como el chaperno, el nacascol, el
quebracho, el guachipilín, el mangoyano, el pepeto, entre otras bondadosas
especies autóctonas; podemos establecer áreas de terreno infértil y de
topografía con altas pendientes en verdaderas maquinitas de hacer dinero y
poder abastecer la gran demanda de leña para consumo domestico o para elaborar
muchos productos artesanales como la teja, el ladrillo, artesanías y una
infinidad de actividades que requieren de leña. Entendiéndose que es un factor
tradicional en nuestra cultura que siempre estará ahí y algo tenemos que
brindarles soluciones de tal forma que
hagamos mas eficiente el aprovechamiento de la leña como son las cocinas “
Lorena”, la turbo cocina y además establecer rodales que sean los mas
eficientes en la generación de calorías o kilojoule, para evitar que la
necesidad de la leña o el carbón,
utilicen para tal fin árboles que tienen mejor función como maderas preciosas o decorativas por su espectacular floración o
follaje y especialmente que hagan “ leña” árboles frutales que son nuestros
bastiones tropicales para nuestra seguridad alimentaría y sostenibilidad
ecológica y es quizás lo trascendente de los bosques energéticos manejados
racionalmente que adquieren un punto de
interés de nación, pues, las cuencas se constituyen muchas veces en lugares
manejados con milpas o cultivares anuales en grandes pendientes que aunque
apliquemos labranza mínima siempre fomentaremos la erosión la cual llega a
quitarle la vida útil a las represas hidroeléctricas, que son afectadas por el asolvamiento y que resulta incosteable
limpiarlas generando la escasez de
proporcionarnos la energía eléctrica que tácitamente pensamos que tiene que utilizar todo el mundo
en sustitución de la leña ó sea que el establecimiento de bosques
energéticos seria la solución mas
beneficiosa a corto y largo plazo, todos
estos árboles de chaperno, quebracho, nacascol, nim, cerezo, brindarían la
función de cobertura vegetal que permitiría
infiltrar al sub suelo el agua lluvia, evitarían la erosión, generarían
oxigeno y como reservorio de carbono
evitando los efectos del recalentamiento del planeta y prolongando la vida util
de las represas. El CATIE ha realizado estudios sobre este tema y
brinda las capacidades de especies promisorias para bosques energéticos, pero
nosotros tenemos una sabiduría
folklórica muy apegada a la
realidad como la canción del carbonero escrita por nuestro poeta “ Pancho Lara” y que incluye al copinol, el
cual es excelente calorífico y es la segunda madera mas pesada
de Latinoamérica, pero que no la recomiendo para prototipo por su lento
crecimiento y poca capacidad de rebrote;
aunque el Vivero San Andres, en su departamento de investigación lo están
reproduciendo en cantidades significativa al igual que el nim, chaperno,
quebracho, guachipilín, guama, pepeto, cujin, trompillo, leucaena, entre otras
especies promisorias que realzan nuestra flora autóctona, que están ahí,
esperando que sepamos darle el apropiado uso. Recordemos que mas del 50% de
energía consumidas en los países pobres como el nuestro dependen de la leña a
pesar que vivimos en la era de la informática,
combinada con la mercantil y que en la era feudal fue casi la única forma de
energía calorífica disponible. Además el ecoturismo mundial depende grandemente
de la energía calorífica proveniente de los bosques energéticos, esa bolsita de
carbono que compramos en el súper proviene de ahí, o sea de la parcela que
usted ente visionario puede establecer como fuente económica para sus futuras
generaciones, sobre todo en las señales que recibimos de la escasez de
hidrocarburos, los cuales son un recursos finito y no renovable, mientras que los bosques
energéticos son renovables y generadores
de eco ambientes saludables. Realmente la comunidad del Instituto San Andres
visualiza este proyecto en marcha como una alternativa real ala solución de las necesidades existenciales de
El Salvador sin ignorar la generación de energía lógica que estos bosques y la topografía puedan generar la energía
solar, la energía maremotriz o la
generada por la biomasa entre otras
deseadas soluciones, pero que requieren mucha inversión y cultura para disfrutar de ellas, mas no así la de
bosques energéticos que ya la usaban
los prehispánicos y que sembraron una
buena historia, lastima que no la escudriñamos, pero aun es tiempo, el caso es
que aun es tiempo de establecer esos cultivares y luego nos cuenta, solo es
ganar – ganar en función del abastecimiento de la apreciada energía, para que
sus nuevas generaciones lo recuerden como un ente visionario.
Ing. Mariano
Villatoro