Analizando la topografía
natural de la superficie de la tierra, nos damos cuenta que las cuencas
hidrográficas son una excelente maquinaria ecológica al facilitar la dinámica
de las termales, donde las termales cálidas de la parte baja de la cuenca sube
equilibrando la temperatura al interactuar con las termales frías de la parte
alta de las cuencas estableciendo un sistema dinámico y el agua lluvia busca su
cause desde la parte mas alta, aguas arriba hasta llegar a la parte mas baja,
de las aguas abajo, estableciendo una ramificación de afluentes hasta formar el
cause mayor en el fondo de la cuenca generando, quebradas y esta riachuelos y
finalmente ríos que conducen al mar como destino final en el caso de El
Salvador. Situación similar en todo el planeta. En condiciones ideales de una
cuenca totalmente reforestada y que el agua no sea contaminada aguas arriba,
estaríamos frente a un paraíso de excelente productividad y su máxima cosecha
seria un rio de aguas cristalinas lleno de peces y recursos acuáticos que todos
quisiéramos disfrutar, convirtiéndose en una estructura ecológica de
inigualable riqueza. Pero como la realdad es diferente ó sea que tenemos
cuencas totalmente deforestadas y el agua fuertemente contaminada, donde gobierna
la erosión hidráulica, que provoca destrucción y muerte en las aguas abajo de
la cuenca. Ahora que debemos hacer es tener imaginación y por causa y efecto
entender el libro de la naturaleza, realizando cultivares de arboles
promisorios y establecer las viviendas con fundamentos bioclimáticos. Todos
sabemos que el agua es el “elemento animador de la vida”. Pero si la
contaminamos o no la sabemos manejar se vuelve un elemento conductor de la
muerte. Es relativamente fácil recuperar y disfrutar las bondades de una
cuenca, todo es cuestión de actitud y sabemos que todo ser humano tiene la
aptitud para realizar cultivares en función de un beneficio personal, si tiene
claro que obtendrá, lo difícil es saber vender el beneficio colectivo y
desprendernos del cáncer humano llamado el merecimiento o máxima expresión de
egoísmo. Seria bueno generar la cultura del que “usa ó contamina paga” pero con la tendencia de
aprovechar las bondades de una cuenca o sea el camino natural de el agua lluvia. La cual tiene tres caminos:
o se va en escorrientia, ó se evapora ó se
infiltra al subsuelo atraves de los arboles que son el camino natural del agua
para infiltrarse al subsuelo y que posteriormente surja en los adorables
manantiales. Debemos de realizar cultivares de arboles promisorios para las
necesidades humanas y de toda clase de vida silvestre beneficiosa para nuestra
existencia o sea para mejorar la calidad de vida de las actuales y futuras
generaciones. Entre los bondadosos arboles para proteger mantos acuíferos tenemos:
el palo de pan, el ojushte, el almendro de rio, la chaya o árbol sagrado de los
mayas, el manzano rosa, el carreto, el chaquiro, el tempisque, el carao, el
nim, el marañón, el arrayan, el nance, el paterno, el morro, el cincho, el
pepeto, el volador, el brasil, el pacun, el conacaste, el matasano, el
zapotillo, el cahperno, el papaturro, el guachipilín, la leucaena, el
quebracho, el palo de corcho, el cerezo, la bala de cañon, el cacao, el trompillo, entre otras bondadosas especies y
apropiadas para frenar la erosion que al final forma las temibles cárcavas
tenemos el árbol de fuego, el quebracho, el volador, el nim, el cerezo, el
chaperno, la llama del bosque, el ficus, el chilamate, el nacascol, el morro,
el bálsamo, el madrecacao, la leucaena, el arrayan, el jocomico,, el mamoncillo
el trompillo, el almendro, la chaya, el mango, el zapotillo, el cortes negro,
el tamarindo, el bario, el chaquiro entre otras bondadosas especies solo
tenemos que distribuirlas apropiadamente y aprovecharlas racionalmente. Lo importante
es que reconozcamos que vivimos en una franja tropical del planeta, la cual cuenta, con la mayor
biodiversidad y que las plantas existieron antes que los seres humanos y se
desarrollaron felizmente y además si no desestabilizamos las pendientes
naturales de las cuencas ellas no provocaran desastres, siempre y cuando estén
bien forestadas. Por lo tanto en las partes altas de las cuencas debemos
sembrar arboles de gran capacidad de rebrote resistentes al viento, y con
raíces profundas, tales como el quebracho, los pepetos, carretos, paternos,
leucaena, entre otras bondadosas plantas y recordemos que las plantas son las
maquinas de hacer oxigeno y fuente de medicinas, maderables, productos
energéticos, colorantes, melíferas, paisajismo, frutas, artesanías, entre otra
infinidad de bondades que solo tenemos que echar andar nuestra creatividad,
emprendedurismo e innovación. En pequeños taludes entorno a nuestras casas o
mini cuencas creadas o estropeadas de la
gran cuenca topográfica podemos frenar la erosión en forma creativa con setos
de izote, dracaena reflexa, dracaena fragans, zacate vetiver, cordalynes, cubriendo
verjas de philodendros, allamanda, polialta, pachistachis, arachi pintoi,
clivias, brunfelsias, gardenias, mirtos, magnolios, bauhinias, crotos,
claveles, sensiveria, entre otras infinidad de plantas ornamentales.
Ing. Mariano de Villatoro
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