El agua es el
elemento animador de la vida y su ausencia es una crisis existencial y la
calidad es determinante mente para mejorar o degradar la calidad de vida de las
actuales y futuras generaciones. La ONU decretó el 22 de
marzo día mundial del agua. Todos somos corresponsables del agua y sus
consecuencias.
Al inicio del
invierno es el momento o época apropiada para realizar cultivares de árboles en
las cuencas y especialmente en los
nacimientos de agua. Fundamentalmente para garantizar que los arbolitos crezcan sin necesidad de regarlos ni
fertilizarlo, aunque aparentemente en el invierno no exista escasez de agua,
pero garantizado es que en cada verano
tendremos escasez de agua; sino
protegemos y fortalecemos las fuentes de agua.
El agua nace en los
bosques y no en el desierto. Esta realidad que nos brinda la naturaleza es de tomarla muy en
cuenta para conservar y enriquecer los
nacimientos de agua. Los árboles son los canales naturales que tiene el agua
lluvia para infiltrarse al subsuelo, la cual posteriormente enriquece las fuentes de agua superficiales, además los
árboles evitan el recalentamiento de la superficie del suelo y evitan un alto porcentaje de evaporación, por supuesto
evitan la erosión hidráulica de la capa superficial del suelo de tal forma que
disminuye el azolvamiento en las cuencas de los ríos o nacimientos de agua. Por
lo tanto estos árboles deben tener ciertas características para que hagan más
eficiente su función, especialmente deben ser perennifolios, de raíz profunda
especialmente vertical, con enorme follaje y ramificación, entre ellos tenemos:
el ojushte, el chaquiro, el almendro de río,
el morro, el pacun, el volador, el palo
de pan, el mango, el brasil, la llama del bosque, la jacaranda, el pito, el nance, el paterno, el guayabo, la moringa, el nim, el cerezo, el bario, el copalchio, la manzana de agua, la chaya, el mangollano, las
ingas y para terrenos arcillosos y agrestes, el quebracho, la Leucaena, el tamarindo, el chaperno, el marañón, entre otras
bondadosas especies de árboles
tropicales, sin olvidar el madrecacao, el carreto, el nogal, el copinol, el arrayán, el
caimito y el guachipilín
La realidad es que el
agua nos viene cada invierno en cantidades industriales y en verano la
necesitamos como el principal elemento vital, que es frecuente observar
conflictos en diferentes zonas y lo más doloroso observar paisajes desérticos
como que nunca lloviera y calores insoportables. Lo cual es en función de causa
y efecto la despreocupación de cada uno de nosotros, por no ser un poquito
menos cómodos y dedicarle un pequeño esfuerzo en ayudar a la naturaleza,
sembrando árboles apropiados para
mejorar nuestro microclima, generar oxigeno, absorber carbono y
fundamentalmente fortalecer la expectativa de tener agua en abundancia a
mínimos costos.
Únicamente es dejar
salir nuestro espíritu visionario y velar por un ambiente mejor y si vivimos en
la ciudad siempre tenemos parientes más allá de la frontera de la ciudad a
quienes podemos motivar y ayudar a plantar árboles por su propio bien y como un deber existencial, tanto de
ellos como los de la ciudad pues el agua
que todos consumimos es la misma o sea la que se infiltra al subsuelo en el ciclo hidrológico. Hace unos pocos años
resultaba fácil beber agua en una cascada, la cual era gratis y muy pura hoy
creemos que el agua pura solo existe embotellada y es muy cara y no es
totalmente confiable de que realmente sea pura.
Solo basta comparar
cuanto se gastaba en agua hace 100 años y lo que gastamos actualmente y lo
terrible es que aun nos quejamos por el costo de la vida. Creo que la solución está
en cada uno de nosotros y no en las oficinas gubernamentales o en los
organismos internacionales.
Si con elevar los
precios de los petroquímicos no aguantamos, que pasara con la escasez de agua?
“Edifiquemos y cuidemos
nuestra casa mayor, La tierra.”
Los mantos acuíferos nacen
por los bosques y no por decretos.
Ing. Mariano Villatoro
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