Todo cubre suelo bien manejado es
perfectamente una alfombra viva, que puede compararse con un delicado
maquillaje de nuestra madre tierra, convirtiéndose en el acabado del paisaje
que puede crearse con la vegetación, el buen gusto y el buen vivir, entorno a
nuestro ecosistema. Toda superficie del suelo sin cobertura vegetal en el
verano se convierte en una polvazón y en el invierno en un lodacero, lo cual no
es agradable, pero con un cubre suelo evitamos tales extremos y podemos crear figuras,
alfombras de diferente colores , formas, tanto para pleno sol, penumbra o plena
sombra, sin importar que existan o no arboles; todo cubre suelo permite la
infiltración del agua al subsuelo, evitan la erosión, absorben CO2 se quedan
con el carbono y liberan el oxígeno que respiramos, entre estas bondadosas
plantitas tenemos : Arachi pintoi o maní forrajero, la grama san agustin, la
grama de potrero, el centavito, la zebrina, centavito de cadena, palmita de
oro, sertancen purpura, poto, Roheo, syngonio, sensiveria, dracaena reflexa,
duranta limón, alcapate, cola de ardilla, Coleus, periquito, aglonemas, clivia,
junípero, falsa uva, iris africano, vetiver, ixoras, camila, mimosa, o falsa
lavanda, chula, cambray, entre otras bondadosas plantitas. Todas ellas son
ejemplares excelente para cubre suelos y fundamentalmente además de
constituirse en mosaicos de formas y colores, son máquinas de hacer oxígenos y
canales naturales de conservación de agua lluvia, totalmente diferente a las
gentes poco pensante en la calidad de vida al rodearse de adornos plásticos o
sabor a engaño con pinturas de paisajes, en ambas situaciones, lo garantizado
es la emisión de partículas cancerígenas por efecto del intemperismo, además, es un mensaje de no apreciar la creación
de Dios, atraves de las plantitas que es eficiente forma terapéutica al
dedicarle un momento de nuestras vidas a dar las indicaciones de como y que
queremos hacer con esas alfombras vivas; solo imaginemos un prado totalmente
cubierto de Arachi o de grama san agustin, sin importar que sea un terreno
urbano o rural con o sin accesibilidad en el caso de una propiedad rural estoy
totalmente seguro que el valor del terreno subirá su plusvalía en forma
exponencial o fácilmente es el inicio de un proyecto de agriculturismo, lo cual
sabiéndolo manejar se convierte en una máquina de hacer dinero y sobre todo es
una rentable auto jubilación, liberándose de la tortuosa frustración de esperar
una miserable pensión, solo regresemos a nuestros abuelos que en sus terrenos
construían ecosistemas agradables y generadores de insumos nutricionales,
maderables, muebles, leña y todas las necesidades, como agua medicina, oxigeno,
paisaje y suelos finamente decorados con cubre suelo, como la grama, centavito,
sebrina entre otras bondadosas plantitas.
En el Vivero San Andres, damos
asesoría gratis a nuestros clientes para este y otro proyectos.
ING. MARIANO VILLATORO
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