Haciendo una pequeña reflexión de
nuestra existencia, en general podemos decir. “el problema es haber nacido y la
solución es morirse pero como no nos queremos morir entonces hagamos algo bueno”
y una buena acción son los cultivares de plantas; tanto para nuestro beneficio
como también para el del prójimo y las nuevas generaciones; desde generar oxígeno,
romper las termales, generando microclimas agradables, belleza, frutos,
medicinas, maderas, evitar la erosión, barreras rompe vientos, setos, aromas,
entre otra infinidad de beneficios que nos brindan las bondadosas plantitas
y recordado que todos somos
corresponsales de la degradación del planeta y la calidad de vida.
Una de las ventajas de ser joven es que
nunca se piensa en morir o llegar a ser viejo, pero la realidad nos provee indefectiblemente
de la vejez y la muerte siendo
consecuente con esa ley de la existencia, debemos preparar un ambiente
apropiado para los años mayores y una alternativa es tener una finquita con
jardines de frutales, ornamentales, forestales y granjas en las que nunca
faltará que faena realizar, en la cual podemos desarrollar toda nuestra
creatividad impregnada de la sabiduría que obtuvimos en la vida y poder dejar
con hechos un recuerdo ecológicamente
envidiable a nuestras nuevas generaciones lo cual debe comenzarse lo mas
ante posible, sin importar la edad que
tenga o el nivel académico y económico que tenga todo depende en ser visionario
que en su vejez logre una comunicación con la madre naturaleza, sembrando, manejando
y cosechando frutos de lo que hace, estos frutos pueden ser alimenticios,
económicos, o psíquicos; pero usted será un elemento generador de Bienes y Servicios
tangibles, sin importar que sea un área de
terreno grande, pequeña o simplemente su jardín. Recordemos que la mayoría de
inventos generados en el primer mundo surgen en el garaje o en el jardín y
debemos patentarlos, para ser consecuentes con el promisorio principio que
la " sabiduría no la llevemos a la
tumba sin antes compartirla". Se imagina usted después de estar en una
oficina llena de maquinas, papeles y aparatos electrónicos encontrarse con
surcos de aglonemas, tenantas, claveles, ixoras, crotos, dracaenas, arrayanes,
marañón japones, guayabos, anonas, guanabos, nim, cerezo entre muchas especies que
la naturaleza nos permite tener al igual que el ojusthe, palo de pan,
tempisque, bálsamo y muchas especies en extinción que si no las cultivamos
nuestros nietos solo las verán en la historia de nuestra riquísima biodiversidad
que aun tenemos y que es nuestro deber existencial nos exige conservarlas para
las nuevas generaciones. Ahora si su pregunta es donde obtener estas plantas en
extinción o hacer un cultivar de
diversas especies forestales, frutales y ornamentales, no se preocupe llegue al
Vivero San Andrés donde se las proporcionan a precios competitivos y además se
le brinda asesoría gratuita por que el planeta no se acaba pero si no lo
cuidamos se acabará tal como lo
conocemos.
Ing. Mariano
Villatoro